La clásica serie animada de los 80 tiene un personaje principal que nos marcó a todos.
Su nombre es Seiya, pero es más que eso, es el Santo de Pegasus. Es la reencarnación de Bronze Saint de Pegasus Tenma y del “Primer Pegasus”, quien se convirtió en el primer hombre en herir al Dios Hades. Sin embargo, antes que centrarnos en su rol de héroe vamos a descubrirlo en su forma más humana, separado del campo de combate y recordando su historia.
Uno de los aspectos más fundamentales de su persona es que Seiya se quedó huérfano junto a su hermana mayor Seika, siendo separados en aquel momento, ya que Seiya sería acogido en el orfanato Star Children Academy de la Fundación Graad, propiedad de su padre biológico, Mitsumasa Kido, mientras que su hermana cayó en paradero desconocido.
Sin embargo, en aquel lugar nunca llegó a encontrarse agusto ni cómodo y sus actitudes le trajo muchos problemas con Jabu, otro de los niños del orfanato que se sentía muy agradecido con la familia Kido. Es entonces cuando el propio Seiya hace un trato con Mitsumasa Kido, el cual consistía en que si regresaba a Japón una vez cumplido su entrenamiento en el Santuario de Grecia, éste le ayudaría a reunirse con su hermana de la que fue separado en su infancia. Esto hace que Saiya tenga una motivación personal por convertirse en Saint y entrene duramente para ello.
En el anime que vimos entre 1986 y 1989, luce un cabello color castaño con ojos marrones oscuros, algo muy distinto de lo que sucede en el manga donde su cabello es rojizo al igual que sus ojos. En el primer anime, su piel era algo más oscura, algo que fue cambiando con el paso de los años hacia un tono más claro. En cuanto a su vestimenta urbana es de lo más simple; camiseta roja de mangas recogidas, unos jeans celestes de lo más clásicos y zapatillas blancas, además de un juego de bandas de tela roja que tiene en sus muñecas y en su brazo izquierdo, todo un Travolta del anime.
En lo que se refiere a su personalidad, no puede representar mejor el prototipo de héroe ochentero, siendo su fuerte el no darse nunca por vencido ante cualquier situación por más imposible que parezca. Otro de los grandes atributos de Seiya es que valora mucho la amistad, aunque a veces peca de temperamental, impulsivo o imprudente en algunas veces. Aún así es un buen muchacho y hay poco que reprocharle